En lo profundo del océano, en mi alma,
florece un amor que no se calma.
Como la espuma en la orilla se alza,
mi sentir por NN, ¡qué dulce y avanza!
la llama que enciende mi eterno retorno.
En tus ojos, destellos de estrellas danzan,
y en mi pecho, un fuego eterno se abraza.
Tu presencia, un jardín de flores en primavera,
donde mi corazón florece sin espera.
Cada palabra tuya, un susurro de encanto,
que acaricia mi ser, como suave manto.
Tu sonrisa, un sol radiante en el horizonte,
que ilumina mis días de insomnio y alivia mi monte.
Como la brisa que acaricia el rosal,
tu amor me envuelve, sin cesar, sin final.
Eres como el río que fluye con dulzura,
navegando en mi ser, sin medida ni altura.
Tu amor, como el agua, no conoce barreras,
traspasa fronteras, transforma quimeras.
Y aunque en tus ojos haya sombras enredadas,
mi amor por ti no se nubla ni se apaga.
Como la espuma que besa la costa,
crece mi amor, sin importar la respuesta.
En el pasar los día de mi vida, persiste la llama,
que arde en mi pecho con fervor que reclama.
Mi amor por ti, NN, es un río inmortal,
que fluye en mis venas en un eterno caudal.
Que nunca desvanezca este amor que florece,
que crezca y se eleve, sin freno en tono desbordado.
Que como la espuma, se expanda y se eleve,
y en cada latido, tú y yo nos amemos. .
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