Te conocí hace unos años atrás, a primera vista parecías una
persona impenetrable, pero detrás de esa
imagen ruda había un hombre con un corazón inmenso, un niño grande que no permitía
ser testigo de una injusticia.
No es fácil despedir o escribir de alguien a quien se le
tuvo en alta estima, por la amistad y su calidad profesional, honorabilidad a
pesar de la carrera elegida, no todos mantienen la moral en alto y sus valores éticos,
de ahí la calidad tan grande que nos unió.
Son muchas las anécdotas que nos tocaron vivir, recuerdo una
muy especial que nos llevó fuera de Venezuela, junto con otro gran amigo, a
defender los intereses de la república en la empresa donde laborábamos, habíamos
ya tenido dos de las reuniones programadas y las intervenciones nos hacían predecir
que las probabilidades de salir airoso eran muy grandes (en efecto así fue, y
se pudo mantener el nivel de calificación de riesgo, todo un logro en esos años
tan difíciles que nos tocó vivir), al bajar de la habitación me aproxime al bar
del hotel y te encontrabas con tu inseparable Carmen, me invitaste algo de beber
hasta que llego entrañable Claudio para dirigirnos al restaurant, ver en tu
cara la satisfacción de haber logrado el propósito del viaje, fue reconfortante,
dos años después haríamos lo mismo pero ya aquí en Venezuela de la mano del
Jefe. No deje un día de escucharte y de mantenerme firme ante las decisiones
que tomabas, y necesarias refrendar.
Hace dos meses Pedro me informo de tu estado, fue duro
enterarme y entendí por qué nunca recibí repuesta a mis mensajes o mis llamadas,
sabía dónde estabas recluido pero no quise ir a verte, pase muchas veces por el
centro médico, preferí guardar el recuerdo intacto, hoy recibo la llamada donde
Claudio el amigo fiel, me informaba que acababas de fallecer.
German siempre pensé que éramos muy diferentes, tu
apasionado y con una carga irreversible de sentimientos, yo analítico y apegado
a la razón, pero no, no era así.
En lo profesional fueron muchos tus logros, doy fe de ello,
en lo personal pienso que se ha ido una excelente persona, un amigo silente con
el cual la complicidad es un hecho, cargado de mucho amor, de sentimientos
nobles, de pureza absoluta, de lealtad innegable.
Se ha ido un amigo más, nuevas lagrimas han de brotar a este caudal de vida
que se acumula más de recuerdos en el alma, dejaras un vacío muy grande en
aquellos que te conocimos, dejaras de hacer el bien en lo terrenal, para llegar
a los pies de nuestro amado dios y desde
ahí direccionar la transacción a la felicidad total.
Paz a tu restos hermano del alma, a tus familiares mis
condolencias y a tu amada Carmen toda mi solidaridad.
Feliz viaje hermano, saluda a los míos, hasta el próximo encuentro.
Se te quiso que jode y de gratis.
No hay lugar más alto,
más grande, que estar a tus pies, nuestro
DIOS, a donde acabas de marcharte.
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