cuando el mundo calla y el tiempo se aquieta,
nace un universo, pequeño y profundo,
la intimidad de dos, un lazo rotundo.
es un lenguaje que el alma navega.
Miradas que hablan sin decir palabra,
promesas secretas que el silencio abraza.
En el refugio de un abrazo sincero,
se desvanecen miedos, el ser por entero.
Risas compartidas, lágrimas al aire,
aceptación plena, sin juicio, sin desaire.
Los sueños tejidos, la mente que se abre,
confianza desnuda que el corazón labra.
Conocer el alma en su más pura esencia,
la luz que ilumina la dulce presencia.
Un santuario creado de amor y de calma,
donde dos corazones funden su propia alma.
Así es la intimidad, un don verdadero,
el arte de amar, el pacto certero.
