sin que duelan los recuerdos,
sin que el nombre de otra dueña
haga temblar mi silencio.
con mis latidos cansados,
ni que un beso sin permiso
me arrugue el alma entera.
El corazón no es un camino
por donde todos pasen,
no es una puerta abierta
para quien venga con promesas rotas.
Yo aprendí a querer con fuego,
pero también aprendí a cerrar heridas,
a no dejar que me sigan pintando
de colores que no eligió mi alma.
Si llegas a mí,
llega con verdad en las manos,
con respeto en la mirada,
y no te atrevas a jugar
con lo que tanto me costó sanar.
Porque amo con todo,
pero también sé proteger
cada rincón de mi pecho,
donde ya nadie más reina
que yo mismo.
