arrastrando consigo lo que fue,
mas deja en el alma el suave brío,
la esencia pura de lo que se ve.
un eco del pasado que resulta.
La naturaleza danza en su esplendor,
ciclos perfectos, sin final ni inicio,
la primavera anuncia su candor,
el otoño nos regala su indicio.
La vida es cambio, constante movimiento,
un lienzo en blanco, para el sentimiento.
Las caídas, las cicatrices hondas,
son marcas de la lucha, del valor,
experiencias que en el alma rondas,
que curten el espíritu y el ardor.
El aprendizaje es un faro en la niebla,
que ilumina el camino que nos debela.
Y así, en el fluir constante de los días,
se va tejiendo la historia personal,
con alegrías, también con melancolías,
un viaje único, un rito primordial.
La vida es viaje, un don que se nos brinda,
que con cada suspiro se desvinda.

