Hoy celebramos, querido Néstor,
tu vuelta al sol, tu giro terrenal,
mientras tu paciencia ¡qué bestial!
brilla por ausente, como un impostor.
Que explotas por cualquier tontería,
mientras tu cordura se extravía
como turista sin experiencia.
Tu paciencia es mito, es fantasía,
como unicornio o yeti del Himalaya:
"¿Dónde se fue?" la familia se raya,
mientras tú gritas desde la cocina.
Pero hoy, en tu cumpleaños sagrado,
cuando las velas tiemblan de terror,
confesamos con todo nuestro amor:
¡eres el loco más entrañable del condado!
Porque eres tú, Néstor, el volatinero
que camina por la vida sin filtro,
repartiendo caos con ese estilo
de huracán disfrazado de cuñado sincero.
"¿Por qué tardaste cinco minutos más?"
preguntas con esa cara de psicótico,
mientras tu humor neurótico
nos tiene a todos corriendo detrás.
Tu jodedera es arte, es poesía,
una sinfonía de travesuras,
mezclas bromas con locuras
y conviertes la paz en anarquía.
Pero mira, cuñado desquiciado,
en este día tan especial y tuyo:
tu locura es nuestro orgullo,
tu impaciencia, nuestro legado.
Porque aunque seas un terremoto,
un huracán con patas y zapatos,
sabemos que bajo esos arrebatos
late un corazón que no está roto.
Tu falta de cordura es adorable,
como cachorro que destroza todo,
y aunque nos vuelvas locos de algún modo,
¡eres absolutamente entrañable!
Así que brindemos por tu día,
por tu locura sobrehumana,
por esa energía tan loca, tan insana
que llena la casa de alegría.
¡Feliz cumpleaños, Néstor impaciente!
Que cumplas muchos años más,
jodiéndonos con tu amor mordaz
y esa locura tan permanente.
Y si algún día recuperas la cordura,
prometemos extrañar tu descontrol...
pero mientras tanto, ¡caracol!
sigamos disfrutando tu dulce locura.
Con cariño y paciencia infinita,
La familia que sobrevive a tu jodedera
(y que secretamente admira tu manera
de convertir la vida en una fiesta bonita)
