En el alba despierta el susurro del viento,
las cadenas se rompen, resuena el lamento.
Las sombras se disipan, como humo en el aire,
un eco distante, un canto de desaire.
las huellas del miedo se borran en el suelo.
Mis alas, adormecidas, comienzan a abrirse,
el sol de la verdad me invita a renacerme.
Tu risa, un espejismo que ya no me atrapa,
las promesas vacías se desvanecen en nada.
Cada lágrima caída, un río que se apaga,
y el eco de tu voz se convierte en una saga.
He aprendido a bailar en la tormenta,
a encontrar mi refugio en la tempestad.
El amor no es prisión, ni un juego de ventas,
es un vuelo sin miedo, es la libertad.
Los ecos de tu sombra ya no me persiguen,
las cadenas de tu abrazo se vuelven cenizas.
Soy fuego que se alza, soy luz que persiste,
una estrella fugaz que al cielo se lanza.
Hoy abrazo el horizonte, el futuro me espera,
las heridas cicatrizan, florecen primavera.
En este nuevo viaje, mi alma se eleva,
soy dueño de mi vida, y el amor, mi bandera.
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