Había una vez, en un lugar llamado Austin, un niño valiente y alegre llamado Darían. Era un niño especial, porque tenía dos talentos increíbles: ¡domaba dragones y capturaba Pokémones!
Cada mañana, Darían se ponía su gorra de aventurero, ajustaba su cinturón de Pokéballs y salía con su mejor amigo: Zafiro, un dragón azul pequeño pero muy inteligente que siempre se enroscaba en su hombro como una bufanda viviente.
Un día mágico
Era el cumpleaños de Darían, y algo extraordinario sucedió. Mientras paseaba por el parque Zilker, escuchó un ruido cerca del lago. ¡Era un Charmander atrapado entre las piedras! El pobre Pokémonito no podía salir.
—¡No te preocupes, yo te ayudo! —dijo Darían con voz calmada.
Con cuidado, lo liberó. El Charmander, agradecido, lanzó una pequeña llama feliz. ¡Fiuuu! De repente, el cielo se oscureció. Un enorme Dragonite salvaje volaba en círculos, asustando a todos.
La gran misión
—¡Vamos, Zafiro! —gritó Darían montando en su dragón—. ¡Tenemos que ayudarlo!
Volaron hasta el Dragonite, que parecía triste y confundido.
—¿Qué pasa, amigo? —preguntó Darían con dulzura.
El Dragonite señaló con su gran ala hacia el suelo. ¡Oh, no! Su huevo dorado estaba atrapado en un árbol.
El rescate
Con la ayuda de su nuevo amigo Charmander (que iluminó el camino) y Zafiro (que usó su cola para alcanzar el huevo), ¡lograron rescatarlo!
El Dragonite, tan contento, lanzó un grito de alegría que hizo vibrar las nubes. Como regalo especial, dejó caer una pluma brillante a los pies de Darían.
La fiesta sorpresa
Cuando Darían regresó a casa, ¡qué sorpresa! Todos sus amigos Pokémones y dragones lo esperaban:
- Un Pikachu que decoró con luces el jardín.
- Tres Dratinis que hicieron figuras con sus cuerpos.
- Y hasta el Charizard del vecindario, que asó los malvaviscos con su aliento de fuego suave.
El mejor cumpleaños
Al final del día, Darían sopló las velas de su pastacho (¡con forma de Pokéball!), abrazó a Zafiro y sonrió.
—Este fue el mejor cumpleaños —susurró—. ¡Porque ayudar a los demás es la mayor aventura!
Y así, entre dragones que ronronean y Pokémon's que hacen trucos, Darían se durmió soñando con nuevas amistades por descubrir.
FIN
Colorín colorado, este cuento te lo regalo con un abrazo apretado.
Hoy el sol brilla más alto,
el mundo canta en tu honor,
porque llega Darían,
con su luz y su fulgor.
Tus pasos, risas y sueños
son semillas de ilusión,
que el tiempo riega en silencio
con paciente devoción.
Que vuelen alto tus metas,
como un ave en libertad,
que cada año sea un viaje
lleno de felicidad.
El abrazo del abuelo,
como un faro, siempre está,
para guiar tus sonrisas
y acompañarte más allá.
¡Feliz cumpleaños, Darían!
Que la vida, con amor,
te regale mil aventuras
y un futuro de esplendor.
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