miércoles, abril 02, 2025

La Luna Ensordecedora


Miro la luna y me ensordece su belleza,  

un plateado grito sobre la noche quieta.  

Tanto resplandor, tanta pureza,  

que el alma, en sombra, se inquieta.  


Temo, a veces, no ser parte de su admiración,  

que mi silencio no alcance su canción.  

Ella, eterna en su fría perfección,  

yo, breve polvo en su vasta extensión.  


¿Cómo mirarla sin quedar ciego?  

¿Cómo amarla sin huir luego?  

Brilla tan alto, tan lejos, tan hondo,  

que hasta la ausencia se vuelve su eco.  


Pero sigo aquí, mudo y atado,  

mientras ella, indiferente, gira en lo oscuro.  

Y aunque no escuche mi voz a su lado,  

me basta ser su eterno oscuro.  


Porque admirarla es ya ser su lamento,  

un fragmento más de su luz en el viento.

Cierro los ojos y temo perderme en su canto, 

La brevedad me atormenta cuando siento

No ser más parte de ella. 

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