Éramos mapas trazados de memoria,
caminos cruzados, secretos en la gloria.
una casa viva donde el alma ardía.
Pero el tiempo, ladrón, cambió la cerradura,
y la puerta que era mía se volvió oscura.
De ser todo un día, al siguiente, nada,
un silencio que corta, una herida cerrada.
¿Por qué? ¿Por qué se quiebra lo eterno?
¿Por qué el amor se vuelve un recuerdo tierno?
No busco un final de cuento, no lo quiero,
solo un adiós que no pese, que sea sincero.
Ahora eres dirección, no refugio,
un lugar que visito, pero ya no abrigo.
Y aunque el corazón pregunta, sin respuesta,
ya está, se acabó, la vida se expresa.
En el vacío del eco, guardo tu risa,
un poema sin fin, mi hogar en la brisa.
