En la quietud de tu mirada siento,
el eco de un amor que ya existía,
un pacto ancestral, un juramento,
la esencia de una pura fantasía.
la fuente donde el alma se concierta.
Los silencios hablan más que mil palabras,
un diálogo de almas sin disfraz,
donde el secreto de las madrugadas,
se vuelve nuestro íntimo solaz.
Somos la luna y el sol, en armonía,
la noche y el día, en perfecta cercanía.
Las horas vuelan, el mundo alrededor,
mas nuestro universo permanece intacto,
tejido con hilos de puro candor,
sellado con un tácito contrato.
Tu ser se funde con mi propio aliento,
en cada suspiro, un dulce acento.
Así es el amor que nos abraza fuerte,
un lazo invisible, inquebrantable,
que desafía a la distancia y la suerte,
un fuego eterno, siempre inagotable.
Dos almas juntas, un mismo latir,
un sueño hecho vida, hasta morir.
