lunes, marzo 18, 2024

Instintos


En lo previsible yace un misterio oculto,
Donde los instintos se alzan en lo absoluto.
El palpitar del corazón, latidos en sincronía,
Nos guían en un baile de vida y poesía.

Como animales salvajes, en la jungla de la existencia,
Sentimos el eco ancestral, la esencia de nuestra esencia.
Los instintos nos susurran al oído, en voz suave,
Nos advierten y nos guían en cada paso que se trave.

En lo previsible, la naturaleza nos revela su danza,
Nos conecta con la esencia, con su fuerza y esperanza.
El aroma del peligro o el anhelo del amor,
Nos mueven a actuar, sin pensar, sin temor.

En lo previsible, los sentidos se agudizan,
Detectando señales del entorno, sin prisas.
El ojo atento, el oído alerta, el tacto sensible,
Nos mantienen alerta, nos hacen invencibles.

Los instintos, sabios compañeros de viaje,
Nos resguardan del peligro, de cualquier ultraje.
Nos advierten de las trampas, de los engaños,
Guiándonos hacia lo seguro, hacia nuestros sueños extraños.

Pero en lo previsible, también hay un llamado,
A escuchar la voz interna, a ser más audaz, más osado.
A desafiar los límites y romper las cadenas,
A seguir nuestros instintos, a explorar nuevas arenas.

En lo previsible, los instintos nos empujan,
A tomar decisiones, a dar saltos que relucen.
El camino puede ser trazado, pero el destino es incierto,
Y en la libertad de los instintos, descubrimos lo que está cubierto.

Así, en lo previsible, los instintos son guías,
Nos impulsan a vivir, a sentir, a ser audaces días.
Escuchemos su sabiduría, dejemos que nos inspiren,
Y en lo previsible, encontremos el poder que nos redime.

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