Oh Chicago
Chicago, ciudad de acero y sueño,
donde los vientos libres se besan,
bajo el rugir del lago sereno,
tu grandeza en el tiempo pesa.
Torres que arañan cielo gris,
luces que en el asfalto brillan,
historias que el tiempo escribió aquí,
mientras las olas se agitan y humillan.
El viento norte grita su verdad,
el sur murmura versos de ayer,
el este y oeste, con tempestad,
mezclan su voz por tu poder.
Oh, Chicago, luz de caminos,
de jazz, de sueños, de pasión,
en tus calles laten destinos
y el eco eterno de una canción.
Baila el viento entre tu hierro,
canta en los trenes que no paran,
eres verso, eres mito, eres espejo
de un mundo que nunca se apaga.
Para la ciudad que nunca duerme,
donde los vientos se hacen poesía,
Chicago, tu alma es mi enigma,
tu fuego, mi eterna melodía.
Eres el New York pequeño.
Chicago, Donde los Vientos se Cruzan
Aquí, donde los vientos se abrazan,
Chicago despliega su orgullo:
ríos de acero, calles que abrazan,
y un cielo que vibra con murmullo.
El viento del norte trae la nieve,
pureza que cubre tu piel de ciudad,
pero tú, con tu fuerza, no tiemblas,
calientas el frío con tu dignidad.
El sur te susurra blues y leyendas,
de smokestacks, de trenes, de gloria,
mientras el oeste trae promesas abiertas,
horizontes de lucha y victoria.
Y el este, con su aliento de lago,
te baña de olas y de luz,
Chicago, eres más que un relato,
eres el crisol donde se funden los vientos
en un verso de eterna juventud.
Porque en ti, los aires se encuentran,
no para chocar, sino para crear:
melodías de jazz en tus esquinas,
torres que sueñan con tocar el mar.
Eres fuerte como el invierno,
pero fiel como la primavera.
Das refugio al que llega hambriento,
y pan al que en tu suelo espera.
En tus plazas, el mundo se mezcla,
y en tus puertos, la historia navega.
¡Oh, Chicago, nadie te suple,
ciudad que nunca se entrega!
P.D "Chicago es una sinfonía de acero y cristal donde los atardeceres pintan el skyline de dorado y púrpura. Sus calles respiran historia entre el eco del blues y el murmullo del lago Michigan, que abraza la ciudad con olas plateadas. Los parques florecen como oasis urbanos, los puentes se encienden al anochecer y el viento, ese viejo conocido teje leyendas entre rascacielos. Aquí cada esquina guarda un secreto, cada barrio tiene su propia alma, y esa mezcla única de fuerza y poesía hace que el corazón de Chicago lata con una belleza tan auténtica como indomable. Como no querer y abrazarte a ti ciudad que me das cobijo, siento que puedes ser mi refugio eterno, la pequeña New York.