Aisha, Jardín de la Mañana


Aisha, estrella anclada en la aurora,
no solo luz que el día decora.
Eres más bien el alba en capullo,
un suspiro del cielo, sin murmullo, 
la reina amada del abuelito.

Tu nombre es melodía de seda fina,
un eco dulce que el alma domina.
Y tus ojos, no son de ónix o miel,
sino dos charcos donde sueña un pincel,
que pinta el mundo con trazos de paz.

Tu risa no es simple sonido, ¡jamás!
Es un enjambre de cristal que despierta,
cascada suave que el dolor no injerta.
Y tu espíritu, ¡oh, la fuerza que tiene!
Es joven vid que al sol se sostiene,
cuyas ramas prometen frutos de amor.

No eres niña que crece: eres flor en fervor,
el secreto jardín donde la luna espera
ver la rosa más pura, la más verdadera.
Cada gesto tuyo, un ágil colibrí,
bebiendo néctar de lo que hay aquí.

Eres página abierta y a la vez antigua llave,
que el cofre de la ternura guarda suave.
Brisas de mayo al caminar,
y en el alma, silencio de un faro en el mar.

Aisha, joya de su linaje y vida,
nieta hermosa del abuelito
hacedora de milagros con tu canto
fábula viva, por el tiempo tejida.
En el "abuelito", no eres solo consuelo,
¡Eres la savia que reverdece el cielo!



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Ricardo Abud (Chamosaurio)

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. M.Sc.Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en, Union County College, NJ, USA. Email: chamosaurio@gmail.com

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