En las calles de la vida, donde el ruido nos envuelve,
hay un susurro que insiste, que nos recuerda ser fuertes.
El amor, a veces, se siente como un golpe en el pecho,
pero no dejes que te rompa, no le des tanto derecho.
esas marcas que intentan dejar sus lecciones.
Pero el corazón es más que un campo de batalla,
es un refugio que se levanta, que no se apaga.
No permitas que las cicatrices te definan,
que el amor no es una herida que se mina.
Es un fuego que arde, que se adapta y renueva,
un lazo que se ajusta, que se fortalece y prueba.
En cada mirada, en cada gesto compartido,
hay una fuerza que nos impulsa, que nos ha salvado.
El amor es la resistencia que nos hace seguir,
es la voz que nos dice: "No te rindas, hay que vivir".
No es un cuento de hadas, ni un sueño perfecto,
es la realidad que construimos, el lazo más correcto.
Así que cuida tu esencia, tu luz y tu verdad,
porque el amor verdadero nunca busca herir, siempre amar.
En el caos de la ciudad, en el bullicio del día,
hay un espacio para el amor, una oportunidad.
No dejes que las estrías del pasado te marquen,
que el amor es un camino que siempre nos marca.
Así que sigue adelante, con el corazón abierto,
porque el amor es un viaje, no un destino incierto.
Y en cada paso, en cada latido, recuerda:
el amor es la fuerza que nos hace más fuertes, que nos endereza.
No permito mas estrias en mi corazón.
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