en la balanza del corazón:
"adiós" son kilos de plomo,
"perdón" plumas de cristal,
"te amo" mariposas de oro
que levantan el vuelo.
mis frases antes de soltarlas,
porque una vez que cruzan
el puente de los labios
ya no hay forma de traerlas de vuelta.
Las palabras construyen y destruyen,
curan y hieren,
acercan y alejan.
Son arquitectas del alma,
cirujanas del espíritu.
Por eso cada noche,
antes de dormir,
reviso el inventario del día:
¿qué construí con mi voz?
¿qué heridas curé?
¿qué puentes tendí?
Y mañana, al despertar,
elegiré cada palabra
como quien elige flores
para el jardín del mundo.
