martes, febrero 27, 2024

Carta en versos de Chamosaurio.


Querida alma mía,

En esta carta de versos te escribo,
con palabras envueltas en suspiros,
para expresar el dolor que en mí habita,
la enfermedad que mi alma debilita.

Un mal invisible, que acecha en silencio,
ha invadido mi ser, sin piedad ni clemencia.
Es un fuego ardiente, que me consume lento,
una dolencia que amenaza mi existencia.

Mi alma, herida y cansada, se debate,
entre la vida y la sombra que se avecina.
Siento su peso, como una carga ingrata,
que me arrastra hacia la tierra divina.

Pero en medio de esta oscura travesía,
encuentro consuelo en mis pensamientos.
Imagino un infinito lleno de armonía,
donde encuentro a aquellos que partieron antes.

Allí, en el abrazo de los seres amados,
encontraré paz y liberación eterna.
En ese encuentro, mis miedos serán olvidados,
y mi alma sanará de la enfermedad interna.

Aunque la enfermedad amenace mi vida,
no permitiré que me arrebate la esperanza.
Buscaré fuerzas en cada batalla vivida,
y en cada latido, encontraré una nueva danza.

Querida alma, no te rindas ante la adversidad,
pues aún hay tanto por descubrir y amar.
Lucha con valentía, con fe y sinceridad,
y deja que la vida te vuelva a abrazar.

Si llega el día en que deba partir,
sé que mi legado no será en vano.
Dejaré huellas en corazones por vivir,
y mi espíritu volará libre y lejano.

Así que, querida alma mía,
mantén la esperanza en tu interior.
Aunque la enfermedad amenace tu día,
tu esencia perdurará, más allá de la razón.

Con amor y coraje, enfrenta el destino,
y recuerda que siempre hay una luz brillante.
Tu alma, en su travesía, encontrará el camino,
hasta el encuentro final con los que amaste.

Con cariño,
Chamosaurio

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