surge un rayo tenue, una luz que llama.
Es la esperanza, susurro en la penumbra,
que disipa el miedo y el dolor que alumbra.
o la aurora tibia que la sombra rompe,
así ella florece, promesa en el sendero,
un latido fuerte, un futuro certero.
No es la fe ingenua que el vacío anhela,
sino la certeza que el espíritu cela.
Es saber que después de la tormenta cruel,
un sol nuevo espera, brillante y fiel.
En cada suspiro, en cada mirar,
la esperanza vive, nos invita a soñar.
Es la fuerza interna que nos hace seguir,
el motor que impulsa, el querer vivir.
Así que abraza fuerte su dulce compás,
que en sus alas siempre encontrarás la paz.
Y con el corazón henchido de valor,
camina adelante, sin ningún temor.
