un poema a la ternura, porque en ti veo
un corazón lleno de amor y de alegría,
una luz que ilumina todo lo que te rodea.
Tus ojos brillantes, tu sonrisa franca,
tus carcajadas que llenan de vida el ambiente,
son un bálsamo para el alma,
una fuente de ternura que nos hace sentir bien.
En ti veo la pureza de un corazón infantil,
la curiosidad por descubrir el mundo que te rodea,
la audacia de un espíritu libre,
y la sabiduría de quien sabe disfrutar cada instante.
Tu ternura es un regalo que nos hace crecer,
que nos invita a ver la vida con otros ojos,
a valorar las pequeñas cosas, los detalles,
y a sentir la belleza que se esconde en cada momento.
Querido Kabir, sigue siendo así, un niño tierno,
un ser lleno de amor y de esperanza,
porque en tu corazón late la esencia de la vida,
y nos recuerdas que la ternura es el camino hacia la felicidad.
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