eres un rayo de sol que ilumina mi camino,
con tu alegría contagiosa y tus abrazos cálidos,
me haces sentir querido y feliz.
Tus carcajadas son música para mis oídos,
tus travesuras me sacan sonrisas y risas,
tu energía inagotable me hace sentir joven,
y tu afecto me llena el corazón de amor.
Eres un ser especial, lleno de luz y de bondad,
con un corazón enorme que no conoce maldad,
un niño grande que no teme mostrar sus sentimientos,
y que siempre está dispuesto a brindar su amor y su aliento.
Tu presencia es un regalo que agradezco cada día,
porque con tu espontaneidad y tu carisma,
me enseñas a valorar las cosas simples de la vida,
y a disfrutar cada momento como si fuera el último.
Kirpal, grandulón y afectivo sobrino,
eres una bendición que Dios me ha regalado,
y en mi corazón tendrás siempre un lugar especial,
porque eres parte de mi familia y de mi vida para siempre.
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