Con la melancolía del adiós.
Y se hace pedazos por la infinita
Añoranza de un no ves más.
La nostalgia de lo que pudo ser
Y sólo fue un instante de fragilidad,
Pervive en el alma sin ceder,
Recordando una breve felicidad.
La piel aún conserva su calor,
Y el alma, su impronta de pasión,
Y el dolor, que es más fuerte que el amor,
Nos llena de tristeza y desazón.
En soledad se llora por lo que ya no está,
Por lo que no volverá jamás.
Y en las noches de insomnio,
El tiempo alivia muy lento el desamor.
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