miércoles, agosto 30, 2023

Trascendencia


El alma es como una mariposa que revolotea en busca de la luz divina. Sus alas multicolores recogen los destellos de esperanza que brillan tenues en la oscuridad. Aunque el camino es incierto, ella sigue adelante, impulsada por la fe ciega en lo desconocida.


La vida es un río caudaloso que nos arrastra sin rumbo fijo. A veces braceamos contra la corriente, aferrándonos a rocas resbaladizas que sólo nos hacen daño. Otras, nos dejamos mecer dócilmente por las aguas, confiando en que ellas nos llevarán a buen puerto.


El alma es el capullo, el cuerpo es la crisálida. Un día la transformación ocurrirá y el ser interior emergerá majestuoso, desplegando al fin sus alas de luz. 


Mientras llega ese momento, esperamos pacientes, protegidos por el manto que nos cobija.


Estamos aquí sólo de paso, somos hojas secas que el viento arrancará sin aviso. Nuestro verdadero hogar nos espera más allá del horizonte, donde se funden cielo y tierra en abrazo perpetuo.


La vida y la muerte bailan eternamente entrelazadas. A cada fase de quietud le sigue un estallido de movimiento que agita nuestras almas. Cuando la música parezca detenerse, no temas. Escucha atento el silencio, pues pronto llegará un nuevo compás.

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