se esconden las migajas despreciadas,
pequeños pedazos de esfuerzo y dedicación,
que el mundo oscurece con sus miradas.
Despiadados jueces de lo superficial,
llaman "migajas" a lo que no entienden,
ignoran la pasión que en ellas se esconde,
y a su valía nunca se atienden.
Pero en cada migaja hay un tesoro oculto,
un fragmento de alma y de sudor,
es la semilla de un sueño en su punto,
que florecerá con fuerza y con honor.
Las migajas son tesoros invisibles,
que los ojos apresurados no ven,
son el ladrillo de los grandes castillos,
la base firme que sostiene el edén.
No menosprecies el esfuerzo de otro,
pues en las migajas se guarda la esencia,
la nobleza de aquellos que persisten,
a pesar de la sombra y la indiferencia.
En cada migaja hay una historia de lucha,
un canto humilde que anhela brillar,
y cuando se unen, forman un milagro,
un tapiz de grandeza por admirar.
Así que valora cada pequeño paso,
cada migaja que encuentres en tu andar,
pues en ellas se forja el verdadero progreso,
y el mundo puede cambiar y transformar.
Las migajas son la fuerza que nos une,
el recordatorio de que todos importan,
y cuando las elevamos con amor y respeto,
se convierten en diamantes que transportan.
No menosprecies las migajas del esfuerzo,
resalta su grandeza y su potencial,
en ellas se esconde el valor más puro,
que el tiempo y la adversidad no pueden robar.
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