Cuando te conocí, el mundo cambió,
Mi alma y espíritu, a ti pertenecieron.
Tu presencia, un susurro en mi ser,
Despertando emociones que no pude prever.
Un universo de pasiones se desató en mi ser.
Tu sonrisa, un rayo de luz en mi camino,
Iluminando cada rincón, sin destino.
Tu voz, una melodía que acaricia mis oídos,
Cada palabra, un verso que en mi interior latía.
Mi corazón, cautivo en tu mirada,
Bailando al ritmo de una pasión desbordada.
Mis pensamientos, rendidos ante tu encanto,
En tus brazos, encontré mi más dulce manto.
El tiempo se detuvo, solo éramos tú y yo,
Unidos en un abrazo, en un solo eco.
Mi alma, enredada en la red de tus caricias,
Suspirando en cada instante, en cada delicia.
Y mi espíritu, alado, volando a tu lado,
Explorando los confines del amor, desenfrenado.
Eres dueña de mis sueños y mis deseos,
En cada latido, en cada uno de mis anhelos.
Tu presencia, un bálsamo que sana mis heridas,
Una llama ardiente, en un mar de emociones perdidas.
Así, mi ser entero te pertenece,
En cada verso, en cada estrofa, en cada pieza.
Eres el motivo de mi pluma y mi inspiración,
La musa eterna que guía mi canción.
Cuando te conocí, todo cambió,
Mi alma y espíritu, a ti pertenecieron.
Y en el llegadero de nuestro amor,
Seremos eternos, fundidos en un solo ardor,
Cuando te conocí te dije he llegado al llegadero.
No lo entendiste, ya no hay más donde llegar,
Eres lo último que ame, amo y amaré.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario