florece, pero el viento es un bis.
trámites paralizados, un amor en el sueño.
Las promesas flotan, etéreas, ligeras,
mientras la burocracia enreda las quimeras.
Ella, con su risa, ilumina la espera,
él guarda en su pecho la llama sincera.
Pero el reloj avanza, indiferente y frío,
y cada instante vivido se viste de vacío.
Sus manos se buscan en un juego de sombras,
el susurro del viento en las calles se nombra.
El amor es un eco que danza en la bruma,
mientras la esencia de su ser se consume.
"¿Cuándo será el día en que el mundo se alinee?",
pregunta su corazón, que nunca se rinde.
Y en cada papel que se queda sin firma,
hay un latido que lucha, una chispa que brilla.
Así pasan los meses, como ríos sin rumbo,
los trámites olvidan lo que hay en lo hondo.
Pero el amor persiste, como el sol en la niebla,
su esencia burlada, nunca se quiebra.
En un rincón del alma, resuena un latido,
la esperanza se aferra, el amor está vivo.
Y aunque el tiempo juegue con sus destinos,
sabemos que en el amor, jamás hay caminos divinos.
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