domingo, diciembre 29, 2024

Fuegos de Alquiler


Mientras otros tejían con hilos de sol,
te encontré jugando al mercader del viento,

vendiendo palabras en frascos vacíos,

mientras bebías de copas que nunca llenaste.


Tu reino, erigido sobre arenas prestadas,

se alzó con las manos de quien no dormía,

y mientras danzabas en brasas ajenas,

olvidaste que el fuego no siempre calienta.


Ah, pero qué brillo el tuyo, tan pulido y falso,

como un espejo que no devuelve rostros,

solo imágenes huecas de tus conquistas,

que saben a cenizas cuando se desmoronan.


Las monedas que gastaste en risas robadas

pesan más que el oro que jamás encontraste.

Y esas manos suaves, que creíste tronos,

son la sombra que arrastra tu vacío en secreto.


No es amargura, no, es solo un eco,

de todo lo que dejaste caer por tus juegos.

Porque, al final, los fuegos de alquiler

no calientan el invierno que siempre regresa.


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