En el lindero de un suspiro contenido, Nuestros cuerpos se acercan, casi rozando, Como dos párrafos de un libro inédito Que apenas comienza a descifrarse, esperando.
Tus palabras son pájaros de luz, Susurros que vibran entre mis dedos, Melodías de seda que se intuyen Y se deslizan por mis secretos quedos.
Cuando nuestros labios se encuentran al fin, Siento tus frases como ondas de mar, Cada vocal es un temblor sutil Que recorre mi piel sin preguntar.
Tus consonantes son pinceladas de fuego, Trazan mapas de ausencia y de anhelo, Y en este beso que no conoce sosiego Tus palabras se funden con mi vuelo.
No son sonidos lo que ahora percibo, Son latidos, son alma, son esencia. Un lenguaje más hondo que lo vivo, Más allá de la música y la ciencia.
Y en este instante donde todo calla, Donde los cuerpos hablan sin palabras, Comprendemos que el amor no se halla En lo dicho, sino entre las palabras.
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