miércoles, diciembre 19, 2007

Mensaje de Navidad 2007

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Mensaje de Navidad 2007

Próximos a celebrar uno de los días mas maravillosos del año, me veo en la necesidad de mirar hacia atrás y evaluar un poco acerca de un nuevo año que seguro veré culminar con el favor de dios.

Venezuela ha vivido muy aceleradamente en el plano político interno y externo, considero que hemos salido victoriosos muy a pesar de aquellos depredadores e inquisidores de maldad que día a día pretenden masacrar la inteligencia de la gran mayoría de los venezolanos.

Hoy el mundo corre graves amenazas que van desde las guerras, la contaminación ambiental, hasta el calentamiento global que ponen en riesgo el futuro de la humanidad. Muchos impávidos no entendemos la gravedad del tema en cuestión, total eso no influye en nuestras casas, en el vecindario, no nos toca de cerca, pasa inadvertido, no es perceptible. El egoísmo con que hemos aceptado la vida y la indiferencia nos imposibilita la comprensión.

Nuestra vida en ese proceso de evaluación anual que algunos realizamos, lo centramos en los logros personales, materiales, que obtuvimos y que dejamos de obtener.

La espiritualidad la manejamos en función de las victorias y derrotas sentimentales que alcanzamos o dejamos de alcanzar. Cuán felices fuimos o cual infelices dejamos de ser. Nuestros valores son concebidos y moldeados en función de nuestros pequeños intereses sin respetar a lo sumo los valores colectivos cargados de solidaridad tacita que deberíamos manejar.

En el plano familiar hacemos gala de un talante moral que no practicamos, pero inculcamos a nuestros hijos e hijas, como una manera de cumplir con formalismos que nos impone la sociedad.

Creemos merecer TODO, somos exigentes sin percatarnos de nuestras limitaciones emocionales y de vida que condiciona nuestra felicidad, mas allá de entender que las culpas no nos pertenecen, los culpables están a nuestro alrededor son dueños de culpas propias y ajenas, pedimos perdón y no sabemos perdonar, el valor de la amistad desaparece cuando no es entendido, lo ancho es para nosotros, lo angosto para los demás.

La amistad es una palabra que esta sujeta a intereses que nos garanticen un bienestar personal, de no hacerlo deja de ser amistad y se trasforma en una molestia.

Atesoramos la inconformidad y el sufrimiento de manera egoísta y la convertimos en propiedad privada, la hacemos excluyente (nadie sufre mas que yo, nadie merece mas que yo). Personalizamos nuestra estupidez.

Al personalizar nuestra propia estupidez nos centramos en un plano absurdo que no nos permite ser autónomos en pensamiento y acción, y ese recorrer de un año que termina nos trasforma en seres incompletos, malhumorados e infelices y llenos de muchas frustraciones, no merecemos recibir al niño Jesús en nuestros hogares, por habernos portado mal. Inferimos en la necesidad y naturaleza de sentirnos mal, trasformamos nuestras insuficiencias en desdicha y no en la base de enseñanzas que nos permitan fortalecer nuestro espíritu, nuestra alma para regocijo propio y de los nuestros. La risa desaparece y da paso al reproche autoritario que nos deprime y nos convoca al caos emocional.

Hacemos del llanto una parte fundamental de nuestra vida. Este año nos fue mal en nuestro proceso de auto evaluación, el egoísmo reino y se apodero de nosotros y nos hizo sumamente infelices. ¿Por que debemos esperar la Navidad para entenderlo (algunos), lo menos hipócritas? Otros simplemente esperamos la Navidad no para entenderlo sino para seguir de manera audaz sin reconocerlo, no nos importa mejorar nuestra calidad de vida, nuestro espíritu.

Mis queridos afectos (tomando las palabras de mi hermano Alfredo que amo) la sinceridad, la solidaridad, el amor debemos buscarlo muy adentro de nuestros corazones, hacerlos que emerjan y luchar en contra de los valores que nos han impuestos modelos externos que solo buscan nuestra autodestrucción moral y espiritual. Hoy a solo días de la navidad y fin de año debemos ser honestos y buscar nuestra paz espiritual, lo que garantizara nuestra felicidad.

Hoy mi soledad emocional me convalida la paz, la reflexión necesaria que cohabita en mis pensamientos y la cual se fortalece en la medida en que soy honesto conmigo mismo.

Mis queridos afectos, la navidad es AMOR, es sobre todo reflexión, es ilusión, es una maravillosa utopía que navega por nuestros sueños en busca de la felicidad, es rememorar para algunos, días en que nos despertábamos deseosos de encontrar el juguete que premiara nuestro comportamiento (absurdo pero valido), es mirar retrospectivamente todo lo vivido y lo dejado de vivir, es entender que hemos desperdiciado días valiosos de felicidad, (los rencores la causa fundamental) que no regresaran.

La Navidad mis queridos amigos y amigas, debe ser felicidad plena aunque no tengamos la dicha de contar con aquellos que decidieron marcharse, ausentes que viven en nuestros corazones, los cuales debemos recordar con AMOR, sus virtudes sus defectos. La Navidad es eso, ubicarnos en el plano de mayor felicidad, de mayor bienestar emocional.

Debo confesar que mis ausentes no los recuerdo, ellos viven conmigo los 365 días del año, no puedo olvidarlos, no quiero hacerlo, están vivos en mi corazón, son parte de mi dicha, de mi felicidad emocional. He aprendido a respetar (muy difícil de aceptar) su decisión de no pertenecer más a este mundo terrenal.

A los que hoy hemos decidido continuar en este mundo tan convulsionado quiero decirles que no debemos vivir pensando en lo que damos y lo que debemos recibir a cambio (como si se tratase de un intercambio comercial), no podemos seguir materializando exigencias sin exigirnos a nosotros, buscar el equilibrio necesario es fundamental. Debemos dejar el egoísmo a un lado y ser más solidarios.

El 24 debe ser un día mucha felicidad, mis quejas y pesares quedaran engavetadas en el baúl de los recuerdos, celebrare ese día al calor familiar, con optimismo, levantare una copa por todos ustedes, e imaginare sus hogares y viviré con ustedes en la distancia su felicidad, los acompañare desde el rincón del sofá que me toque ocupar, con vivencias y travesuras propias de cada uno de ustedes, reiré en silencio y desde lo mas profundo de mi alma les trasmitiré mi amor, el que siento y profeso por todos ustedes.

A los míos, que decidieron viajar en estas fiestas, quiero decirle que no estaré solo, estaré con ustedes conectados desde mi corazón, mis pensamientos estarán con ustedes, como siempre ha sido. Su felicidad será la mía.

A mis ausentes del mundo terrenal donde quiera que estén, les prometo levantar una copa especialmente por ustedes en señal de vida eterna. La bendición para aquellos ausentes que deben dármela. Y Dios bendiga a mis ausentes que desde el cielo me piden la bendición. A los amigos (as) no dejan de estar en mis piensos.

Hasta nuestro próximo encuentro.

Feliz navidad y prospero año 2008.

Los quiero que jode, del tamaño del mundo

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