En el susurro del viento, te busco,
en cada sombra que danza en la tarde,
pero el eco de tu risa se ha desvanecido,
como un sueño que se disuelve con el alba.
Mary, hermana del alma,
tu luz aún brilla en mis recuerdos,
como estrellas que titilan en la noche,
guiando mis pasos en la penumbra.
No puedo asimilar tu partida,
cada rincón guarda fragmentos de ti,
un abrazo que nunca se cierra,
un "te quiero" que se queda en el aire.
Las lágrimas caen, pero el amor persiste,
te siento en las risas compartidas,
en las historias que aún narramos,
aunque la tristeza sea un manto pesado.
Te llevo en el corazón,
como un susurro que nunca se apaga,
y aunque la vida cambie su curso,
tu esencia permanecerá en cada instante.
Hasta que nos volvamos a encontrar,
seguiré buscando en el horizonte,
con la esperanza de que un día,
el amor nos reunirá en un abrazo eterno.
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