lunes, abril 14, 2025

Jardín Ajeno


Hubo un verano en que las flores
crecían hacia adentro:
raíces de jade, pétalos de sombra,
y yo fui tierra fértil para tu semilla.

La luna llena era testigo
de cómo el viento movía los tallos,
de cómo la savia subía
hasta romper en frutos prohibidos.

Ahora solo queda el aroma
de algo que nunca fue mío,
y el eco de un rocío
que se llevó la mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Besos. El inolvidable