crecían hacia adentro:
raíces de jade, pétalos de sombra,
y yo fui tierra fértil para tu semilla.
de cómo el viento movía los tallos,
de cómo la savia subía
hasta romper en frutos prohibidos.
Ahora solo queda el aroma
de algo que nunca fue mío,
y el eco de un rocío
que se llevó la mañana.
1 comentario:
Besos. El inolvidable
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