Enredados en un abrazo eterno,
nuestras manos son el compás que 
marca el ritmo de un universo en calma.
que se posan en tu piel como si fueran polvo de luz.
Tu aliento en mi cuello es una promesa,
un secreto que solo el tiempo sabe guardar.
Somos fuego y somos lluvia,
navegando entre tormentas y mares de calma.
Nuestros cuerpos, mapas secretos,
donde cada rincón es un territorio conquistado por la ternura.
Las noches se alargan en besos infinitos,
mientras el mundo afuera sigue su danza de sombras.
En tus ojos encuentro el refugio que siempre busqué,
un puerto donde el miedo se disuelve como arena en las olas.
Juntos somos dos soles que se funden en un amanecer,
donde el amor es la única verdad que importa.
Eres la canción que mi corazón canta sin entender,
la melodía que embellece hasta el silencio más profundo.
Somos dos mitades de un mismo sueño,
tejiendo con los dedos un camino de amor eterno.  
Y si algún día el destino decide separarnos,
que quede claro: en cada latido, en cada recuerdo,
viviré para encontrarte de nuevo,
porque sin ti, el universo pierde su sentido.
