A Ti ni te debo nada


No me vengas con cuentos gastados,
ni con frases de autoayuda disfrazadas de amor.
No eres mi maestra, ni mi guía,
no llegaste a iluminar senderos,
no me diste alas, ni fuerza,
ni un mapa para salir del dolor.

No me enseñaste nada,
lo aprendí con el alma desgarrada,
con las manos temblorosas
y los pies descalzos sobre el filo del abismo.
Cada paso fue mío,
cada lágrima, cada caída,
fue parte de mi guerra,
no de tu legado.

A ti no te debo nada.
Ni un suspiro de gratitud,
ni un trago compartido,
ni el aire que respiro con furia nueva.
No fuiste refugio,
no fuiste bálsamo,
fuiste tormenta que soporté en silencio,
fuiste invierno sin abrigo.

Las heridas que me dejaste
no sanaron con el tiempo,
las arranqué una a una,
como espinas de mi carne,
con mis uñas, con mi coraje,
con mi voluntad salvaje
de no dejarme morir.

No me diste fortaleza,
yo la forjé en la oscuridad.
No me diste respuestas,
yo me inventé preguntas nuevas
para sobrevivir al eco de tu ausencia.

A ti no te debo nada,
ni un instante de paz,
ni un rincón de mi piel,
ni una línea en mi historia escrita con tu nombre.

Todo me lo debo a mí.
A mi resiliencia sin testigos,
a mi cuerpo que resistió sin descanso,
a mi locura cuerda,
a mis noches insomnes,
a los tragos amargos que bebí solo
pensando que no habría un mañana.

Me lo debo a mí mismo,
a mi determinación,
a mis propias cicatrices que ahora son trofeos,
a las veces que quise rendirme
y no lo hice,
a la voz interna que gritó más fuerte que tus mentiras.

A ti no te debo nada.
No te debo el aprendizaje forzado,
ni el despertar sangrante de cada amanecer.
Las lecciones que aprendí,
las gané con la cara al suelo
y las rodillas rotas,
pero con el alma erguida.

Todo me lo debo a mí.
A mis ruinas,
a mis reconstrucciones,
a los días en que el universo
se me vino encima
y lo empujé con la fuerza de mi rabia.

A ti…
a ti no te debo nada.
Ni un gracias hipócrita,
ni una sonrisa disimulada.
No te debo el fuego que ahora arde en mí,
porque lo encendí solo,
con las brasas de lo que tú apagaste.

Todo me lo debo a mí.
Y no, no me confundas,
no me nombres como un fruto de tu paso,
porque si algo floreció,
fue en contra del veneno que dejaste.

A ti,
simplemente,
no te debo nada.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket
Ricardo Abud (Chamosaurio)

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. M.Sc.Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en, Union County College, NJ, USA. Email: chamosaurio@gmail.com

Publicar un comentario

Please Select Embedded Mode To Show The Comment System.*

Artículo Anterior Artículo Siguiente