En el reino de la fantasía, Darían se adentra,
Pequeño explorador de alma aventurera.
Con su valentía y risa resplandeciente,
La conquista de dinosaurios es su hazaña pendiente.
Con su sombrero de sueños y botas de ilusión,
Darían camina por tierras de admiración.
Sus ojos chispeantes, dos luceros brillantes,
Contemplan un mundo de gigantes fascinantes.
Con un lazo de imaginación, arma incansable,
Darían cabalga entre bosques insondables.
Su risa suena como un arroyo cantarín,
Mientras los dinosaurios se acercan sin fin.
En el lomo de un dinosaurio, su corcel veloz,
Darían recorre el pasado con fervor voraz.
Esgrime su espada de coraje y pasión,
Enfrentando a los reptiles con determinación.
Los rugidos de los saurios son melodía,
Que aceleran el corazón de Darían cada día.
Sus pasos, ligeros como alas del viento,
En su lucha con los dinosaurios, se hace un cuento.
Él es el niño intrépido de la leyenda,
El cazador de sueños con risa encomienda.
Sus triunfos son tesoros que guarda en el alma,
Conquistando corazones con su dulce calma.
En cada escama de los dinosaurios vencidos,
Darían encuentra la magia de los sentidos.
En sus gestas infantiles, un mundo se despliega,
Donde el infinito y lo posible se entregan sin tregua.
Que el pequeño Darían, audaz aventurero,
Siga conquistando sueños con ímpetu sincero.
Y que su risa contagie a todos los rincones,
Donde los dinosaurios se convierten en canciones.
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