En la sombra de la noche me encuentro,
con la tristeza que me agobia en silencio.
Tantos planes y sueños que se esfumaron,
antes de que siquiera pudieran comenzar.
por la incertidumbre que ha invadido mi camino.
Las ilusiones rotas y los anhelos perdidos,
se desvanecen como hojas en el viento.
El futuro parecía tan brillante y prometedor,
pero el destino jugó su cruel juego de traidor.
Las expectativas se desvanecieron como humo,
dejando un vacío profundo en mi mundo.
Los días se vuelven grises y sin color,
la tristeza se adhiere a mi ser sin pudor.
Los planes que tejí con tanto esmero,
se desmoronaron sin darles ni un respiro.
Pero en medio de esta oscuridad abrumadora,
encuentro fuerzas para seguir adelante, sin demora.
Porque la tristeza puede ser un maestro severo,
que nos enseña a valorar lo que tenemos verdadero.
Aunque los planes se hayan desvanecido en el aire,
aún queda la esperanza de un nuevo amanecer.
La tristeza puede ser un camino tortuoso,
pero también puede ser un sendero de crecimiento.
Así que abrazo esta tristeza que me agobia,
la transformo en palabras y en melancolía.
Porque a través del dolor y la desolación,
nace el arte y la renovación.
La tristeza puede ser un peso difícil de llevar,
pero también puede ser una fuerza para transformar.
Así que seguiré adelante, con valentía y amor,
sabiendo que la tristeza no define mi valor.
Aunque los planes se hayan desvanecido antes de empezar,
aún tengo la fuerza para soñar y luchar.
Porque la vida es un viaje lleno de altibajos,
y en la tristeza encuentro fuerza para levantarme, siempre de nuevo.
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