viernes, junio 27, 2025

Dedos entrelazados


En el café, nuestras manos se buscan,

dedos de luna que se enredan en círculos.

El azúcar cae, un polvo de secretos,

mientras tu voz es un río que desata los muros.  

Aprendo a leer los surcos de tu piel,

laberinto de historias que el tiempo no acaba.

Cada arruga es un verso que se revela:

el amor es memoria que vuelve a casa.  

¿Recuerdas cómo nacimos de la niebla?

Dos sombras que encontraron su propia luz.

Ahora bailamos en el aire que vibra,

un equilibrio entre vuelo y caída.  

No prometo eternidad, sino un instante:

el presente es una puerta que no cierra.  

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