miércoles, abril 19, 2006

Tres y Nueve días

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Tres y Nueve días

Un vació de fuego
cubre mi alma y la
encierra en la frialdad
más absoluta de mí ser.

Deambulo diez, quince pasos
que separan los espacios
de esta triste y melancólica
estructura, sin ver tu rostro

Escribo afanosamente
y tu razón no responde.
llena de decisión, irrumpes
arrogante, y triunfadora
y ríes con la victoria
que te permite escribir AL FIN

Vuelvo a sentir la palabra Muerte
exactamente los días del fallecimiento
con los que han de llevarte a tu
ultimo lecho, tres días y un poco mas

Has decidido irte, sin avisar
manera tuya de amar, extraña
forma de redención y
cobarde de huir.

Imagino la taciturna entrada de sol
que abrillanto tus ojos, el día viernes
en que decides morir ante mi, la luz cubrió
tu alma con el renacimiento de tu nuevo yo

Sueños encontrados, recorrían tu corazón
la altivez reflejada en tu en tono seco al
pronunciar tus últimas palabras, denotaban
que el adiós era real, corrí a salvarte era
tarde querías morir, deseabas morir.
rechazaste los primeros auxilios
la muerte estaba consumada.

He llorado tu muerte, vendrán los rezos
de lo que en la antigüedad y hasta el
presente llaman novenarios, nadie sabe
porque esos días han de cumplirse, pero son
necesarios y vivirlos para entenderlos.

Con la promoción de tu muerte
le he dictado a mi corazón y mente
tu destierro, de mi alma.

Seguirán noches de insomnio
post mortí y las preguntas sin respuesta
que en tu reencarnación o ascensión
seguro responderás, solo queda el
encuentro desde el mas allá, con
el mundo real.

Espero que ese cielo imaginario
que ves tu corazón sea tan bonito,
como lo deseas, y no se no convierta en
un purgatorio antes de conocerlo
mucha suerte desde lo más profundo
de mi corazón.

Solo me resta que perdones, por no
haber sido quien quisiste fuera, y por
no haberte enseñado el cielo
como lo desdibujo tu corazón.
gracias, por los años felices
los años en que el respeto fue
la razón de nuestra felicidad.

RIJAR 28 de febrero de 2006

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