lunes, octubre 15, 2007
Carlitos y Rolando
Carlitos y Rolando
“Mis sobrinos amaestrados”
Uno malcriado, otro contestatario,
aparecen al final de una escalera
para restregarnos sus locuras.
Uno sumiso, otro bravucón,
discuten acerca del tamaño
y sus capacidades de amar.
Uno ama “¡hasta el infinito y más allá!”
el otro “¡hasta el tamaño del cielo!”
Sus límites sólo son eso, el tamaño
de su ingenuidad.
Día a día, tarde a tarde,
cual soldados misteriosos
irrumpen en la casa de la abuela.
Uno cuida de ella,
el otro mortifica a su Yeye,
ambos despiden amor,
engrandecen nuestras vidas.
Mis sobrinos loquitos,
mis desaforados imberbes.
Regocijan la esperanza,
arremeten con dulzura
en nuestras almas para desquiciarnos
en la más absoluta de las alegrías.
Publicado por
Ricardo Abud (Chamosaurio)
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octubre 15, 2007
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