Unas palabras al cierre de Fin de Año
(El Tren de la Vida)
Durante la navidad fueron innumerables mensajes recibidos de
personas afectas y de personas que ya no recuerdo, debe ser debido a su
constancia por olvidarse de mi jajajaja, mensajes muy bonitos, videos en fin
toda clase palabras de reconciliación o que tenían muchos mensajes sin usar en
sus teléfonos móviles. Uno que me llamo mucho la atención fue El Tren de la
Vida:
El Tren de la Vida
La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros…
Al nacer, nos subimos
al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a
nuestro lado… Pero en alguna estación
ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su
compañía y su amor irreemplazable...
No obstante, muchas
otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo
al tren de nuestra vida... Nuestros
hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida...
Algunos tomarán el
tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por
momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén
dispuestos ayudar a los más necesitados…
Muchos al bajar, dejan
un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos
cuenta que desocuparon sus asientos...
Es curioso ver como
algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al
nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna
comunicación…
Pero en realidad, nada
nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra
parte… De lo contrario, puede ser tarde
y encontraremos a otra persona en su lugar…
El viaje continúa, lleno
de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y
despedidas...
Tratemos de tener una
buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que
tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente
precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces,
titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para
todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco
dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a
nuestro lado.
A veces pienso en el
momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría,
angustia...? Separarme de los amigos que
hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy
triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran
emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían
cuando iniciaron su viaje.
Lo que me hará feliz,
será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren
hasta la estación final.
Amigos…hagamos que
nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena.
“Vivamos de manera que
cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos
recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”
FELIZ VIAJE!!!
Bello mensaje, sobre todo para aquellos que se despiden, pero
analizando el mensaje, reflexiono, me ha tocado hacer en esta vida, viajes muy
largos en tren, desde Moscú Kazajstán
por solo mencionar uno es más largo, un viaje de casi 3 días en la ex Unión
Soviética, íbamos en una Brigada Internacional de Trabajo hacia esa región. Las
vivencias fueron increíbles, es por ello que me tomo la libertad de tomar la
metáfora del mensaje El Tren de la Vida,
con algunos viajes en tren que me han tocado realizar, buscando similitudes que
me permitan entenderlo un poco.
Desde que salí de Moscú, sabía cuál era mi última estación
Almata (Almaty) y viví plenamente mi viaje
fue algo maravilloso. Sabía cuál era el objetivo al montarme en ese tren,
lo que no sabía era la cantidad de vivencias que me aguardaban en esas tierras,
en la estación final. Un tren no camina hacia el infinito siempre tiene un
destino y cuando hacemos la similitud del mismo con nuestras vidas ignoramos lo
maravilloso de encontrarnos en esta vida que hoy nos toca vivir, es difícil
entender que mi vida se asemeje a un viaje en tren, no estoy de acuerdo, y la
apología del mismo no puedo asumirla a mi vida.
Todo viaje tiene un destino, independientemente de que lleguemos o no
lleguemos a ese destino. El amor de mis padres, nunca dejara de acompañarme ni
los valores inculcados estén o no estén presentes en el mundo terrenal, no
pueden dejar de existir por decreto o porque hayan bajado en una estación.
Nadie puede montarse en ese Tren de la Vida, para pasear, ya
que no conocemos el espacio y el tiempo entre la vida y la muerte, de conocerlo
entendería que nos montamos en ese tren para pasear. Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y
siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…Todos
pasamos por momentos de oscuridad y tristezas, cuando en el mensaje solo se
habla de OTROS, pareciera que la oscuridad y la tristeza es selectiva, NO, me
niego a aceptarlo, todos sufrimos, vivimos nuestras tristezas, nuestras
alegrías, es solo ley de vida, la
tristeza y la oscuridad no está reservada para unos POCOS, no discrimina a
nadie por religión, raza, color o condición social, es de dominio universal.
Es muy triste entender y aceptar que alguien que se baja de
ese TREN DE LA VIDA, pase desapercibido a nosotros, ¿somos tan insensibles que
no nos damos cuenta que alguien este sentado a nuestro lado? Para no notar
cuando se bajen del tren, manejamos nuestra vida de esa forma, tan inhumana y
banal, egoísta, que no nos
sensibilizamos ante la persona que tenemos sentada a nuestro lado, es la clase
de vida que hemos decidido a vivir, que absurdo el solo hecho de pensarlo. Permitir
que miembros de nuestra propia familia se acomoden en vagones diferentes al
nuestro, puedo entenderlo, es una vida y cada quien escoge donde sentarse, pero
permaneces incomunicados no lo puedo asumir, ya que entran en juego los valores
de FAMILIA, que ha sido inculcados, por nuestros padres, en caso de no haber
sido inculcados, existen valores en nuestra sociedad, en sociedades justa,
mediante la cual reforzamos a través de las enseñanzas de vida y en nuestras
propias escuelas. Es allí que leyendo este mensaje entiendo claramente aquello
que la mejor manera de enterrarnos en nuestra propia ignorancia es romper con
los vínculos de FAMILIA, divide y vencerás. Axiomas del capitalismo, los cuales
nos inoculan para manejar nuestras vidas en el egoísmo y con ello garantizar su
dominio.
El mensaje no deja de ser contradictorio, El Tren de la Vida,
es un libro para el análisis y entender el mensaje que subliminalmente evoca.
Muchas veces lo bello del mensaje se
pierde en la metáfora que no desborda en valores de solidaridad, de humanismo menos
aun en el contenido social con raíces de
unidad, en valores de FAMILIA.
Vamos en un tren hacia lo incierto, sin destino común, que
paradójico pensarlo. No, todos tenemos un norte, desde que tenemos capacidad a
discernir, una rutina de acuerdo a la ley de vida. Nacemos, crecemos, morimos,
en esas etapas transcurren muchas cosas, que nos permiten entender que somos o
queremos ser transcendentes en esta vida. No puedo entender que en este hermoso
viaje hermoso para unos desafortunado para otros, nuestras vivencias sean marco
de cuestionamientos o solo estén asociadas a lo meramente discriminatorio de
una sociedad nefasta, plena y llena de
egoísmos. Un viaje que nos puede llegar a convertir en seres muy sensibles o
nos transformen en insensibles productos de nuestras propias vivencias,
concluyo entonces que hay perfección en la manera de cómo se maneja el lenguaje
en este mensaje, algo insólito, estamos cargados de imperfecciones TODOS, nadie
es perfecto y por muchas cosas que vivamos malas o buenas nuestro corazón debe
permaneces pleno de amor, de perdón, no somos jueces, ni tampoco verdugos,
somos solo seres cargados de imperfecciones, procurando una vida más justa para
nosotros y nuestro entorno. En ese
recorrido somos RIGIDOS con los demás pasajeros, pero no asumimos con esa misma
rigidez nuestras acciones o nuestras imperfecciones. Determinar el contenido de
nuestra propia valija de acuerdo al recorrido que hayamos avanzado en ese viaje
es lo más sensato, ya que la misma puede ser o muy pesada o muy liviana, eso
solo dependerá de la vida que nosotros mismos hemos elegido vivir, de los
errores que hemos querido cometer, nadie por ejemplo es infiel porque lo
motivan a hacerlo, somos infieles porque nos da la gana, sin medir las
consecuencias de nuestros propios actos}, solo cuando nos miramos al espejo y
entendemos nuestras propias estupideces es ahí cuando reflexionamos lo mal de
nuestros actos y que nos dejamos arrastrar por las bajas pasiones que nos
dominan en momentos cuando las debilidad de nuestra alma, nos colma. Son
nuestras acciones las que nos permiten mantenernos en el tren, con emociones o
sin emociones encontradas.
Desembarcar del tren no es el final de nuestra historia ni de
nuestra vida, la cual hemos construido con tesón, es solo tener la capacidad de
seguir construyendo, ni siquiera es volver a empezar es CONTINUAR una vida que
empezó al momento en que nacemos, es señal de perseverancia, de constancia, de
luchar por conseguir lo que queremos, es
señal de corregir errores cometidos, de aprendizaje. Por el contrario de mucha
gente que se baja del tren, por comodísimo, por entender que es mejor bajarse
que perseverar, que entiende que amar es solo una circunstancia de vida, y no
el motor que mueve nuestra alma. Que cree así mismo que al obtener un éxito es
producto de una coyuntura y no de un trabajo en el cual han participado MUCHOS,
es fácil asumirlo como algo que merecemos por tantos desagravios que hemos
sufrido en ese tren de la vida, sin mirar más allá del entorno y que solo se lo
debemos a nuestra consistencia de vida. Culpar a los demás pasajeros de
nuestros propios errores para alivianar nuestra valija es parte de esa idiosincrasia
absurda que en ocasiones nos motiva. Es sencillo analizar la naturaleza humana
desde esa perspectiva, sin importar la dualidad de nuestra alma, con que muchas
veces actuamos, juzgar por ejemplo acciones, desde nuestra óptica cuando nos
afecta, sin importar el cómo hemos afectado la vida de otros con nuestras
imperfecciones. Entender que solo somos víctimas de los demás, sin mirar un
poco donde hemos fallado. Mantener nuestras sentencias a la hora de juzgar los
errores de los demás, sin importar que esos errores fueran ya superados,
aplicar la lógica del perdón o la disculpa solo para nuestros errores y demostrar
que esos errores si han sido superados, no manteniendo un papel de víctima ante
los ojos de los demás, de sufrimiento, amparado en la excusas que nosotros
mismos inventamos a la hora de juzgar nuestras imperfecciones.
No deja de ser insólito como algunos se quejan del supuesto papel que no se les da en la vida sin entender que el papel
que reclaman, no lo han otorgado jamás, o lo otorgan a media con desconfianza sin entrega total. Ver como
lo material endurece sus almas, y lo más maravilloso que tiene como lo es amor,
lo destierran, humillan al amor, lo irrespetan, pierden el sentido de
admiración hacia quienes toman por asalto la bondad. Justificarse es solo un
pretexto ante su pérdida de humildad, según producto de los errores de quienes
están a su lado como pasajeros en ese tren.
No deja de ser hermoso el mensaje el Tren de la Vida, pero es
solo eso hermosas palabras que muchas veces no resisten la palabra misma. La
palabra es fuerza que domina pasiones, es temeraria, es una pena que muchos
trasformen la palabra en el resguardo absurdo de su intolerancia, de su
irrespeto a la vida.
Mi mensaje de Navidad también fue blanco de algunos,
simplemente sus nombres no estaban en el mismo, sin entender que es necesario
leerlo, no solo mirarlo con los ojos del egoísmo, porque no aparece tal o cual
nombre, no se puede ser tan chovinista, más aun entendiendo que el
arrepentimiento no es parte de su acción, cuando el orgullo hiere a muerte y
humilla lo más hermoso que tenemos no se puede ser tolerante ante la
intolerancia, se hace necesario reprimirla con la bondad de la letra, entre
líneas, no se puede pedir nada de lo que no se está dispuesto a dar, por muy
hermoso que sean los recuerdos. La vida es una estructura con contenido y
forma, invaluable en su espacio y su tiempo. Cuando se desplaza el
sentimiento, se pierde la calidad de transformación inmaterial del amor, se
asocia al análisis y a la reflexión construyendo una cultura de improvisación y
de suposiciones que solo permiten conclusiones subjetivas e inmorales. Entender
que solo existe una cronología cuando en la naturaleza de las cosas que
perseguimos, existe lo inmaterial no asociado a lo material por esencia y contradicción
misma de lo objetivo. Comprender el grado de nuestras equivocaciones es de
mucho valor siempre y cuando esas equivocaciones que llamamos errores podamos
convertirlas en fortalezas que contribuyan a hacernos mejores personas. Equilibrar
el grado de nuestros fracasos con nuestros éxitos, sin subestimar a nadie ni a
nada por egoísta que seamos.
Hay un aparte en el mensaje donde te hablan de los pasajeros
que solo se montan a dar un paseo en el Tren de la Vida sin dejar huellas, lo
absurdo es que en ocasiones hay personas que quedan atrapados en pasiones banas
y se empeñan en buscar la forma de que ese pasajero o pasajeros retomen el Tren
de la Vida, sin entender la trascendencia real del mensaje, hablan de la gran
verdad que encierra el mensaje y no lo leen en su contexto, solo les parece
bonito y utilizan la tan trillada frase para
decir me bajo del tren a buscar nuevos horizontes, y la gran verdad es que solo
van detrás de los errores para revivirlos para luego arrepentirse al momento que se ven
el rostro en el espejo.
No cabe duda que de la metáfora utilizada en el mensaje es
muy bonita y lo que se busca al escribirlo como reflexión, muy lamentable que
muchos receptores de la palabra escrita no lo analizan en todo su contexto.
Sera siempre más de lo mismo cada diciembre cuando muchos consideren que el perdón
los enaltece y se asumen como dueños del mismo y envían toda clase de mensajes
y felicitaciones, sin entender el grado de la estupidez al no tomar en cuenta
el significado real de esas letras que llenan
nuestros teléfonos por mensajería de texto del contenido de algo que nosotros
mismos no estamos dispuestos a poner en práctica ni a entender.
Hoy 28 de diciembre día de los santos inocentes, quiero
desearles que el venidero año próximo a comenzar les traiga de mucha salud, los
cubra de amor infinito primero hacia ustedes mismos luego a los demás, que
entiendan que el respeto es la base de una vida en armonía, que los éxitos sean
los que el creador les tiene reservado, que la inteligencia los ilumine en cada
acción de sus vidas, no se dejen llevan por una vida de caprichos materiales,
no pueden perder la humildad de sus corazones es lo más bello que sus ojos
pueden trasmitir, sueñen pero no pierdan la vida persiguiendo sueños, que el único
tren de la vida en el cual estamos sentados en ese viaje imaginario solo dependerá
de la ACTITUD con que hemos vivido, vivimos y viviremos. El tiempo será el
verdugo de sus propias indolencias.
Feliz año 2014
Se les quiere que jode, sobre todo de gratis hasta el infinito
y más allá.
Nos vemos en el espejo al único que no podemos engañar.
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