es romperse en mil fragmentos de universo,
caer sin freno en el abismo cierto
y desde el fondo renacer… diverso.
cuando aprende a brotar con nueva esencia,
hay arte en cada grieta que transita
el oro del dolor con transparencia.
¿Y qué decir del alma que se entrega
al beso que la hirió con despedidas?
Más sabia vuelve, más fuerte navega,
con el amor templado en cicatrices vivas.
Quien ha tocado fondo, ya no teme,
porque ha danzado con su sombra muda,
y al emerger, la luz lo redime,
no como antes… más plena, más desnuda.
Y si es amor lo que rompió el destino,
bendito el quiebre que limpió el camino.
Dos cuerpos nuevos, dos llamas sinceras
que eligen encontrarse… cuando esperan.
No es volver a ser lo que se era antes,
es elegir seguir, pero cambiantes.
Amarse sin temor, sin condiciones,
con los pies firmes… y abiertas las razones.
Porque lo único más perfecto que lo perfecto
es el alma que vuelve, sin defecto.
Curada en su dolor, más verdadera,
y lista para amar como primera.