al hombre que decías amar en silencio de la calma,
que no buscaba ruido ni multitudes,
que tenía el alma en orden,
Yo que salía por compromiso,
por obligación,
no por gusto.
Porque para mí,
la única fiesta
real
era tu risa en la madrugada.
y regresabas contando
las horas
para volver a casa,
para volver a ti.
Con dos o tres amigos,
y mil razones para quedarme,
de pasos firmes,
de alma tranquila
y mirada limpia.
el amor sin espectáculo…
pero verdadero.
Yo te perdí a ti...
Imagínate perder a un hombre
que no juega con nadie,
que apenas sale,
que no busca llenar vacíos con ruido.
Tú eras mi centro,
mi prioridad,
mi paz.
Todo giraba alrededor de verte bien.
Y aún así, piensas que yo
te perdí a ti…
Te alejaste del hombre
que te eligió todos los días,
aunque el mundo no lo hiciera fácil.
Del que apostó sin miedo,
del que no fingía nada.
Yo no te perdí a ti…

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