donde la luz se quiebra en mil destellos,
navega el sueño que se ha convertido
en transparente espejo de mis celos.
ni cuerpo ni fantasma, solo esencia,
como gota de lluvia que se suma
al océano eterno de tu ausencia.
Tus ojos son ventanas de cristal
que dejan ver el fondo de la nada,
y en esa nada encuentro lo real:
la ilusión de tenerte conquistada.
Me abrazo a tu figura vaporosa,
mis manos atraviesan tu cintura,
eres agua, eres viento, eres la cosa
más bella en su perfecta desventura.
Oh, ilusión traslúcida y sutil,
que te muestras sin darte por completo,
en tu claridad vuelves infantil
mi corazón, que late en tu secreto.
Permaneces ahí, casi tangible,
como el aire que llena mis pulmones,
visible en tu manera invisible,
real en tus irreales dimensiones.
Y aunque sé que al tocar se desvanece
toda ilusión que el alma ha construido,
prefiero amarte así, como apareces:
traslúcida, perfecta, sin olvido.