ni puertas que resistan cuando el corazón las llama.
Las distancias son apenas hilos de luz
que conectan lo que nunca dejó de estar unido.
Guardo tus suspiros en el aire que respiro,
cada risa tuya resuena en mis latidos,
y los fracasos no son más que pasos torpes
en el camino de quien aprende a volar sin alas.
Las promesas no se rompen, hijo mío,
se transforman en constelaciones,
en mapas de amor que brillan más fuerte
cuando la noche parece más oscura.
Te abrazo en cada amanecer que miro,
en cada estrella que se niega a apagarse,
en el viento que trae tu nombre
y en el silencio que guarda tus palabras.
El cielo no tiene fronteras para nosotros,
porque lo que sembraste en mi pecho
crece eterno, raíz profunda,
árbol que da sombra incluso en tu ausencia.
Y cuando sientas que fallaste,
recuerda: el amor verdadero
no mide victorias ni derrotas,
solo cuenta los latidos que dedicamos
a seguir amando, a pesar de todo.
Por siempre unidos,
más allá de lo visible,
donde las promesas se vuelven eternidad
y el abrazo nunca termina.
"Con todo mi amor, para siempre contigo."
