miércoles, enero 16, 2019

4. Abuelito ¿Quién fue Blanco?


Blanco mis queridos nietos y nieta, fue el amor en persona, lo más maravilloso que me regalo la vida, un ser que me amo infinitamente, me consintió como le dio la gana, fue lo más cercano a un abuelo que haya tenido en la vida, nunca conocí a mis abuelos ni paternos ni maternos, solo a la abuela materna, otra personificación maravillosa del amor, la abuela Rafaela Natividad (en otro momento hablaremos de ella).

¿Por qué no conociste a tus abuelos maternos y paternos abuelito?

Aisha, José, Juan y Darían por ahora, su bisabuelo Alfredo Abud Delgado era ciudadano norteamericano y después de la Segunda Guerra Mundial  viajo mucho hasta llegar a estas tierras paradisiacas que alguien en algún momento sugirió en modo metafórico  que Venezuela era la capital del cielo, no sé con exactitud cuándo fallecieron mi abuelo y abuelo paterno, ellos eran extranjeros, mi abuela era de Puerto Rico y mi abuelo de Siria de acuerdo a lo que no contaba mi papa. A mi abuelo materno nunca lo conocí, por otras razones distintas que no valen la pena mencionar.  

Blanco era morocho con otro hermano, a uno lo llamaron Blanco y a otro Negro para identificarlos, ambos tomaron caminos diferente, Blanco se dedicó a la familia después de ser Marino, viajo mucho en su juventud, el negro  la sociedad lo consumió, siempre vivió en la calle.

Blanco desde que tengo memoria vivió con nosotros en el 23 de enero, en la Cañada de la Iglesia (un sector que se llama así), hermano de Mercedes y Rafael (prima y primo directos de mama) por parte de papa. Blanco y el Negro eran hijo de Papa Cándido (del primer matrimonio).

Blanco recuerdo era algo así como un todero (Persona que hace de todo), desde pintor de brocha gorda, albañil, plomero, vigilante del estacionamiento, hacía de todo para ganarse la vida honestamente.

Usualmente los sábados eran días de fiesta, cuando Blanco cobraba por los trabajos realizados, nos daba nuestra mesada y compraba alimentos para la casa, después se iba y se emborrachaba, llegaba en la noche, nunca me gustaba verlo en ese estado. Cuando no bebía siempre nos poníamos a ver (yo trataba siempre me quedaba dormido) la lucha libre, y tenía que comprarme  todos los heladitos que hacía para vender, claro si me quedaban ese sábado por la noche (por lo general el terminaba comprándolos y no los daba o mi papa, alguno de los dos siempre pagaba los platos rotos).

Blanco me indujo a ser fan de los gloriosos Leones del Caracas (Beisbol), su equipo que idolatraba, cuando empecé a jugar beisbol, en el equipo los Indios del Caracas el me acompañaba y se ponía bravo conmigo cuando me ponía malcriado en el juego, le decía al manager que me sacara del juego, como no recordar que él siempre estuvo a mi lado.

Cuando nos mudamos del 23 de Enero, él se quedó viviendo allá con mi tío Manuel y su esposa, pero religiosamente venia todos los días a verme en la mañana, me traía el periódico, me compraba una caja de cigarros y una Pepsi Cola, nunca dejo de hacerlo. Cuando viaje a la Unión  Soviética a estudiar,  a  él le afectó mucho mi partida, la partida de su Catirito. Siempre le escribía una postal o una carta dependiendo del tiempo que tuviera,  no se cansaba de leerlas, de acuerdo a lo que me decían se sentía muy orgulloso de mí y seguro estoy de ello. Blanco un buen día se sintió mal y de aquí lo sacaron al hospital, Blanco falleció y una de las cosas que dijo antes de morir, me voy con un inmenso dolor de no ver graduado a mi Catirito de Ingeniero, un mes después me llego una carta donde me informaban sobre su muerte. Algo me imagine, recuerdo que ese día lo sentí llegar a mi habitación a despedirse de mí, llore mucho y no hay un día en que no recuerde su risa y lo mucho que me amo. Fue una entrega incondicional, me amo en demasía, y ha de estar esperándome allá en el cielo ansioso por tenerme nuevamente entre sus brazos mi blanco querido y amado. Sé que el momento es menos que antes.

Espero mis nietos amados haber satisfecho su curiosidad por saber quién era Blanco, quien hizo el papel de mi abuelo.

LOS QUIERO HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ, NOS VEMOS DE REGRESO EN EL ESPEJO DONDE ES IMPOSIBLE MENTIR.

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