las cadenas se rompen, resuena el lamento.
Las sombras se disipan, como humo en el aire,
un eco distante, un canto de desaire.
las huellas del miedo se borran en el suelo.
Mis alas, adormecidas, comienzan a abrirse,
el sol de la verdad me invita a renacerme.
Tu risa, un espejismo que ya no me atrapa,
las promesas vacías se desvanecen en nada.
Cada lágrima caída, un río que se apaga,
y el eco de tu voz se convierte en una saga.
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