Una reflexión cerrando el 2012
En ocasiones la vida da signos de
intransigencias que no sabemos manejar por inmadurez o porque no entendemos las
circunstancias que dimensionan una u otra situación de nuestras vidas.He sido testigo por vivencias propias y ajenas de como las oportunidades visibles y las oportunidades ocultas las dejamos pasar, pensando que tenemos 7 vidas para asumirlas, entender que ellas solo se presentan una vez sin repetición lógica es la tarea en cual debemos trabajar.
He entendido que la felicidad está sujeta a un propósito, encontrar la trascendencia, en la medida que somos prósperos encontramos valores que nos permiten realizarnos como personas (tanto en lo personal como en lo profesional) y brindar felicidad a los demás.
Los miedos y la dudas que nos
cobija en ocasiones deben ser profilácticos y medidos en sano juicio, no pueden
ser desmedido, ni mucho menos influenciados por el entorno que nos rodea. Se hace
necesario entender que muchas veces cuando emprendemos un propósito de vida nos
rodeamos de dudas y miedos por todos aquellos que se nos acercan (cargados de
envidia, infelicidad, más dudas y más miedos que nosotros mismos) no por
nosotros mismos que somos los que padecemos y sentimos y hacemos de un sueño
(anhelo) un propósito de vida, desviamos los objetivos, y pasamos a formar
parte de la cadena de inseguridad que nos carga de torpezas y lentitud en nuestro
accionar diario, seguimos siendo uno más del montón. El entorno nos envuelve y
nos quita la esperanza y los sueños de avanzar.
Aprender a hablar cuando debemos
y a callar cuando es necesario es indiscutiblemente un arte que al asumirlo con
responsabilidad demostramos madurez racional. Muchas veces callamos cuando
debemos hablar y hablamos cuando no es necesario. Cuando debemos hablar y callamos
el receptor del mensaje solo atina a comprender el nivel de indiferencia asociado
al planteamiento, cuando hablamos y debemos callar el egoísmo y el protagonismo
pretenden robarnos nuestra identidad. En ocasiones el miedo nos paraliza y no
nos fluye la palabra, es ahí cuando entendemos la carga emocional de nuestros
propios prejuicios. Einstein decía "es más fácil desintegrar un átomo que
un prejuicio"
El miedo nos paraliza tomar decisiones
sean buenas o malas no es el problema, el problema es no tomarla, si es buena
crecemos si es mala aprendemos de los errores, es una experiencia de vida, lo más
triste y frustrante es nunca tomar la decisión, la duda siempre nos asaltara en
las noches de sueño, sin ningún remordimiento. El miedo será siempre el patrón a
seguir en nuestras vidas.
Visualiza el propósito de nuestras
vidas es siempre nuestro objetivo.
Recuerdo el día que se me dio la opción de viajar a la URSS a seguir mis
estudios, entendí que tenía solo dos opciones aceptar o no aceptar. Opte por tomar una decisión aceptar (no pensé si
era buena o mala la decisión, solo acepte), mi actitud ante la propuesta fue determinante
en mi vida, supe aprovechar una oportunidad que sabía no regresaría jamás, así
lo entendí, desde ese momento comencé a visualizar el día en que me entregaran
mi diploma y el regresar a Venezuela oponiendo en las manos de Aura y Alfredo
tan anhelado (sueño) esfuerzo, un sueños que marco un propósito de vida y un
objetivo que logre superar. Es ahí la clave del éxito. La actitud, con que asumí una oportunidad, planteármelo como
propósito de vida y marcar objetivos en el tiempo para poder visualizar el
logro de todos esos objetivos. Algo que podemos aplicar en todas nuestras vivencias,
sea en el plano emocional como profesional.
Siento mucha tristeza cuando
observo a personas de mi entrono que no asumen la vida con responsabilidad,
piensan que se mueven en aguas eternas, el cual el tiempo comenzara a diseminar
en sabiduría, sin entender los principios de vida básicos para salir del montón,
no se trata incluso de donde vivimos sino de la actitud que mantenemos en ese
espacio de nuestro día a día que lejos de esperanzarlo lo asumimos como cierto
y sin la más mínima intención de abandonar espiritualmente, nos atamos a él,
como nos atamos al sufrimiento y a las personas que poco nos dan valor agregado
a nuestras vidas, que en ocasiones cuestionamos, por la decisiones erróneas que
toman, sin entender que esas personas solo tomaron una decisión (mala o buena,
no es el problema) se arriesgaron y asumieron una actitud ante la vida que hoy
les permite entender que seguirán creciendo como personas, independientemente
que las decisiones hayan sido malas o buenas. Solo tomaron la decisión en el
momento justo, en el momento preciso.
Una vez sentado en el jardín con
mi papa me decía: ojala yo tuviera la edad tuya con la experiencia que tengo
hoy. No entendí, sino después de muchos años incluso la razón por la cual me lo
decía, esa razón me la reservo, entendí por ejemplo que las herramientas que le
había dado la experiencia (era un filósofo empírico) lo hubiesen llevado a
comerse el mundo, lamentablemente ya no tenía el tiempo ni la salud para
hacerlo.
Yo por el contrario no pienso
como mi papa, estoy feliz con lo vivido, solo una vez he querido trasmitir esas
herramientas de vida, no he querido ocupar otro lugar, pero la banalidad supera
la realidad, he desistido y entendido que el masoquismo en ocasiones está más allá
del bien y del mal, el darnos los golpes que la vida nos ha reservado, es parte
del sufrimiento que queremos vivir y sentirnos victimizados, mientras más
coñazos nos damos más estúpidos nos ponemos, nos cuesta salir más del foso
donde hemos caído y lo más arrecho no aprendemos nada, desistimos y nos
adentramos en el mundo de los temores y nuca saldremos hacia adelante ni con
empujones.
Hoy sé que pocos recapacitan es más
fácil llorar y que la lastima de los demás nos arrope, encerrarnos en nuestras propias
miserias y visualizar con envidia el presente y el futuro de los demás, la
disciplina desaparece de nuestras vidas y nos compadecemos de nosotros mismos
intentando recrear nuestra estupidez.
Mi propósito de vida es claro hoy,
ser feliz, no lo dibujo hacia el futuro, mis objetivos están centrados día a día
hoy, no sé si tendré futuro por ello los sueños están marcados en el corto plazo,
si amanezco.
Entiendo que estas letras tendrán
trascendencia en el tiempo, gracias a la magia de la tecnología, hoy muchos la leerán
con emoción, otros no lo harán, mañana estas letras perduraran y cuando se vuelva
a leer muchos encontraran la solución que
no visualizaron en su primera lectura. El viejo Ricardo tenía razón, ojala le
hubiera hecho caso antes, hubiese evitado darme tantos coñazos que lo único que
me dieron fue tristeza. El peo no es leer o no leer, la decisión es individual así
como la actitud con que asuman la vida.
A solo horas de terminar el 2012,
no me resta más que desearles una prospero año 2013, que venga preñado de mucha
salud, humildad y solidaridad, los éxitos vendrán solo.
P.D, va sin corrección.
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