como si el sol también sufriera
al verte alejarte sin palabras,
con ese andar que no regresa.
es la danza secreta de tu alma
cuando los tacones declaran
que aún la herida no se cierra.
Cada paso es un adiós sin furia,
una despedida que se perfila
en la curva leve de tu cintura,
donde se oculta la despedida.
Tu elegancia ese arte sin ruido
no pide perdón, ni da excusas.
Solo camina, y me desarma
como una rosa que no se disculpa.
Y mientras te pierdes sin mirar,
en la línea quebrada del horizonte,
sé que alejarte no fue un crimen,
sino la forma más digna de quedarte.
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