Cuando y Donde Diosito lo disponga

Bebí con la garganta rota,

fumé con la esperanza en los bolsillos,

me enamoré sin manual de instrucciones,

y sí, también fallé...

con todo el cuerpo, con todo el alma.

Metí la pata, el pie y la frente,

me pegué contra paredes invisibles,

me caí por escaleras que no existían,

y en el fondo… encontré un poco de mí.

Me abracé solo en noches de nadie,

brindé con un café frío por los que ya no están,

y cuando el pecho me dolió de no saber por qué,

busqué respuestas en una pantalla

que nunca ha sentido un corazón.

Dicen que uno se muere de algo,

pero yo ya he muerto mil veces:

de amor, de rabia, de pena, de música,

y aquí estoy,

todavía celebrando la resurrección de cada día.

Cuando me vaya 

no se atrevan a llorarme como si fuera una tragedia,

que no me cubran de flores,

mejor destapen el ron, anís, y si hay, que sea whisky

y canten la salsa que me hacían cerrar los ojos.

No he caminado recto,

pero cada paso fue mío.

No me han contado la vida,

la he vivido sin subtítulos.

Así que si la muerte pasa a buscarme,

que me encuentre bailando,

con los bolsillos llenos de errores bellos

y las manos abiertas de tanto dar.

Y a mis amigos,

a los que me supieron sin maquillaje ni filtros,

les pido solo esto:

nada de llanto,

háblenme como si estuviera de viaje,

y armen tremenda rumba donde quepa

el caos, la risa y el amor…

porque me la merezco,

porque todos nos la merecemos.

y después nos vemos

cuando y donde diosito lo disponga. 

Los veo en el espejo. donde las miradas no pueden decir mentiras.