el eco tierno de una antigua calma,
no hay miedo que perturbe el augurio,
ni sombra que opaque nuestra alma.
donde el amor ha echado su sentido.
Tus ojos son el mapa de mi rumbo,
la brújula que guía mi camino,
no hay duda que me lleve al derrumbo,
si sé que tu presencia es mi destino.
Cada caricia, un verso que me habita,
la melodía que a la vida invita.
Las risas cómplices, el dulce abrazo,
pequeños gestos que la magia crean,
el tiempo en ti no tiene ningún plazo,
las almas enlazadas se recrean.
Un universo propio, sin fronteras,
donde el amor las penas consideras.
Así, tomados de la mano y de la vida,
construimos un legado sin igual,
nuestra historia, nunca malherida,
un canto eterno, un bálsamo inmortal.
El amor de dos, la fuerza verdadera,
que en cada amanecer se desespera.
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