una mujer canta en voz baja
para que el tiempo pase más rápido,
para que la espera duela menos,
para que la dignidad permanezca.
aunque el salario no le alcance,
porque sabe que en cada niño vive
la semilla de un futuro mejor,
la esperanza de días luminosos.
El médico cura con lo que tiene,
inventando milagros cada día,
porque su juramento es más fuerte
que cualquier carencia o limitación,
y su vocación vence al desaliento.
En los barrios la solidaridad
se vuelve pan compartido,
medicina regalada entre vecinos,
cuidado mutuo cuando falta todo,
y fuerza colectiva para resistir.
Porque ser valiente no es no tener miedo,
es seguir adelante a pesar del temor,
es encontrar belleza en la ruina,
es hacer florecer rosas entre espinas,
y creer que el mañana puede ser mejor.