tu alma me impregnó de tus sabores.
Como quien bebe lluvia del tejado
y se embriaga de antiguos resplandores.
tus pasos, miel derramada en el suelo,
y yo, sediento de tu aliento,
recogÃa migajas de tu vuelo.
Caminábamos lentos, sin prisas,
como si el tiempo fuera de nosotros,
tus palabras eran dulces brisas
que curaban mis viejos sollozos.
Tu alma sabÃa a pan recién horneado,
a café humeante en madrugadas frÃas
en el ¨ParaÃso¨ humeante,
a besos nunca antes probados,
a todas las canciones que perdÃa.
Me impregnaste de tu esencia tierna,
de esa forma tuya de mirar la vida,
como quien enciende una linterna
en medio de la noche más perdida.
Ahora que camino en soledad,
llevo tu sabor en mis sentidos,
tu alma vive en mi intimidad
como eco de amores no vividos.
Ayer te vi caminar conmigo a mi lado,
y aunque ya no estés en mi sendero,
tu esencia en mà se ha quedado
como tatuaje en el alma verdadero.
Porque hay encuentros que nos marcan,
que nos cambian desde lo profundo,
almas que en nosotros se embarcan
y nos regalan un nuevo mundo.
Tu alma me impregnó de tus sabores,
y ahora soy distinto, transformado,
llevo en mà tus mejores colores,
por tu presencia he sido renovado.